lunes, 21 de febrero de 2011

Fernando Francés

Con la resaca de la Feria de todas las Ferias aún a cuestas, ando inquieto en el sillón con las imágenes de uno de los muchos programas dedicados a festejar los treinta años de sarao. Además de comprobar lo viejunos que estamos y cómo nos pasa factura el tiempo, y con cierto sonrojo tras observar las pintas que nos gastábamos y lo estupendos que nos veíamos entonces, no dejo de acordarme de una secuencia del programa en cuestión, escena que ya había visto hace unos años en otro documental sobre los entresijos del arte y que había olvidado.
Está claro que la Feria de todas las Ferias es un lugar de negocio, enmascarado de "evento cultural", pero negocio al fin y al cabo, y sobre eso se centraba la cosa cuando de repente aparece Fernando Francés con una libretuca y un bic en la mano empleándose a fondo en el digno arte del regateo con un galerista al que se ve bastante incómodo, nada que ver con el crítico quien se mueve como pez en el agua afilando las cifras para hacerse con una fotografía de Joan Fontcuberta, el trato lo cierra con una frase memorable: "ni pa ti ni pa mí". Tras el apretón de manos, anota del precio convenido en el papel, si hubiese sido un camión de patatas hubiese tenido el mismo desarrollo, sin duda. Lo peor de todo es que la adquisición es para Fundación Coca- Cola, empresa par la que ejerce de asesor, a quienes le acaba de ahorrar un dinero a costa, sobre todo, del fotógrafo autor de la imagen.
El crítico de Torrelavega es también editor de Arte y Parte, director del CAC de Málaga (sobre esto ya hablaré otro día), dueño de una empresa de Servicios Culturales, como digo asesor de varias colecciones, miembro de no sé cuántos jurados y algún que otro tejemaneje. Esta situación de dominio en la sombra la denunció hace unos años Roas Olivares en una carta abierta publicada en un suplemento cultural, haciendo una invitación a todo aquél que quisiera firmar esta denuncia pública, nadie se adhirió a la misma, más vale no caer en desgracia con el personaje.
Mientras tanto pienso en qué cara se le quedará al fotografo cuando viese todo esto en la tele.













Poniendo cara de no romper un plato

1 comentario:

  1. Pero amigo javier, para dedicarse a esto del arte, en el sentido más amplio del término, hay que superar ciertas contradicciones intrinsecas al propio sarao. Puedes estar fuera o dentro, esa es la primera elección. Fuera es fuera, no hay nada más que definir. Dentro no hay más opciones; eres parte de una de tantas excrecencias del sistema capitalista, eres parte del mercado del lujo. Y este mercado del lujo, aparte de dar de comer a unas cuantas bocas, permite que el ingenio y el talento humano se desarrolle y plasme en obras concretas hasta cotas que la simple cultura del "lo hacemos por amor al arte" no permitiría jamás. ¿Contradicción superada? Pues te vas a tu estudio y persigues aquello que te motive intimamente a hacer lo que haces. Como si vivieras del aire, como si fuera lo último que hicieras en la vida, como si eso fuera a cambiar el mundo. Luego, cuando el galerista te llama para decirte que además de su cincuenta por ciento hay otra rebaja porque el tal Francés ha regateado finamente esa mañana, pues te bajas los pantalones y aplicas vaselina como creas conveniente. Fuera o dentro. Pafuera y Padentro.

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