Aparece hoy en prensa, una noticia que cuenta cómo un
artista retira sus obras de una exposición, indignado por el trato recibido por
parte de los responsables del Museo. Según parece se desmontaron algunos
cuadros para dar cabida a un desfile de moda con fines benéficos en apoyo a una
ONG.
Digo yo que bastaba con que la Dirección del espacio hubiese
informado al artista y no tendría que haber problema. Digo yo que hay artistas
que se creen el centro del universo y hay circunstancias que tampoco son para
tanto. Digo yo.
Lo peor de todo esto viene al final, cuando toma la palabra
el Responsable de la cosa, para más señas en la Comunidad de la Fórmula 1, la
Copa América y Santuario de Calatrava, y en un intento de echar balones fuera
y, como siempre cargar contra la otra parte, y de camino poner a la opinión
pública en su contra, estrategia que últimamente se observa con demasiada
frecuencia. Ramón Colom, que así se llama, tras definirse como independiente
sin vinculaciones políticas, asume la responsabilidad de lo ocurrido, aunque no
entiende que haya faltado ni al artista ni a su obra, y suelta por su boca la siguiente perla:
“La programé por hacer un favor al escultor Miquel Navarro y a su galerista (Pelaires). La próxima vez exijo por escrito que no monten una fogatina como esta”.
Con dos piedras que diría el otro. Así me gusta, con rigor discursivo e independiente, que para eso están los espacios expositivos, para hacer favores a los amiguetes.
“La programé por hacer un favor al escultor Miquel Navarro y a su galerista (Pelaires). La próxima vez exijo por escrito que no monten una fogatina como esta”.
Con dos piedras que diría el otro. Así me gusta, con rigor discursivo e independiente, que para eso están los espacios expositivos, para hacer favores a los amiguetes.
Momentos de la inauguración de la Muestra con dos graciosas jóvenes haciendo lso honores.
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