lunes, 7 de mayo de 2012

Logo para el FICX




Si algo ha caracterizado la trayectoria del Festival Internacional de Cine de Gijón en sus últimas ediciones, es lo que podríamos definir como un “espíritu indie”. Este sello de personalidad propia es lo que le ha dado una proyección fuera de nuestras fronteras, también dentro, convirtiéndolo en una cita para todo un público que busca un tipo de cine fuera de los canales comerciales y con un modo de contar las historias muy definidas y alejadas del entertainment.

Prueba de esa proyección ha sido la repercusión en todo tipo de medios de comunicación, reacciones de colectivos profesionales y protestas ciudadanas que conllevaron la destitución de su anterior director, algo que jamás había ocurrido con anterioridad en un caso semejante.

Hace unos días leíamos en la prensa la noticia de la contratación del estudio de Mariscal para el diseño del logotipo conmemorativo del 50 Aniversario del Festival, así como de todo lo relacionado con las aplicaciones del mismo en merchandising e imagen del mismo. Nadie pone en duda la valía la profesionalidad contrastada del diseñador elegido, pero la historia chirría.

No sé si esta decisión tendrá algo que ver con el fiasco del primer logotipo presentado desde la nueva dirección del FICX, un ejemplo penoso y trasnochado que causo la crítica y la coña, como no podía ser de otra forma.

Este espíritu “indie” mencionado, se ha escenificado de forma impecable en la gráfica que ha acompañado sus ediciones durante estos años, de la mano de dos de los diseñadores más eficientes y brillantes que trabajan por estas latitudes. Primero de la mano de Manuel Fernández quien crearía esa imagen indisociable del ojo que nos ha acompañado hasta ahora y que fue base de intervenciones en toda esa gráfica surgida en forma de protesta en ese cambio de dirección ni entendida ni aceptada por los aficionados. Segundo con Marco Recuero que nos ha deleitado con imágenes deliciosas que han impregnado y alimentado ese mismo espíritu, no se puede dejar de recordar la “dinosauria” que alguien dijo sólo podía ser cartel de un Festival como este, o más recientemente el de la última edición, unos ojos que nos miraban desde cualquier rincón, llenos de energía y frescura.



Encuentro una contradicción entre lo declarado y las decidido por los nuevos responsables, que blandían la bandera de lo local, del apoyo al cine hecho aquí, a los productores que tenían la necesidad de emigrar…. bueno, toda esa retahíla de argumentos poco sólidos y que se acercaban peligrosamente a una actitud puramente localista y, en mi opinión, cateta.

Hace unas semanas ya escribía una crítica analizando la buena salud de la ilustración en esta región, en gran parte por el trabajo realizado durante años en las Escuelas de Arte, sigo opinando exactamente lo mismo. La gráfica del FICX ha funcionado perfectamente hasta ahora, y ello ha permitido la proyección de esos mismos profesionales de la mano del propio Certamen, no creo que fuese ahí donde Carballo debía de comenzar a implantar su sello, a no ser que pretenda convencernos de lo modernos y cosmopolitas que somos al contar con el diseñador catalán, si esa es su intención, además de populista, pues tendrá que saber que también nos podíamos sentir así con el trabajo ya hecho, aunque me da la sensación de que el interés radica en proyectar a un gremio del que forma parte, lo demás nos trae al fresco.

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