Me llega el comentario de
que los responsables de una galería de arte, en vista de la difícil situación
por la que pasa el sector, han decidido hacer frente a la misma con una fórmula
imaginativa e infalible. A partir del próximo mes se cobrará a los artistas que
expongan en sus salas una tarifa de 500 eurazos de vellón. Realmente desconozco
los términos del contrato que se establece, las contraprestaciones a las que se
comprometen, si la publicación de tarjetas o catálogo, si lo hubiera o hubiese,
corre de cuenta de quién, si hay un compromiso de difusión o si los porcentajes
por ventas quedan excluidos de el cobro de alquiler del espacio, de cualquier
modo no cabe ninguna duda de que la medida es perfecta para cuadrar las cuentas
del galerista, un verdadero “artistazo”.
No os llevéis a engaños,
habrá lista de espera de creadores dispuestos a soltar la pasta, siempre
convencidos de que la proyección de su obra merece ese esfuerzo, que no habrá
valido la pena el duro trabajo en el taller si luego no es expuesto a su
público.
Cada uno es dueño de
hacer con su dinero lo que le parezca oportuno, faltaría más, pero desde luego,
espero no escuchar sus quejas ante las condiciones leoninas que establecen los
espacios.
Ante el vicio de pedir, la virtud de no dar.
Claro, la "crisis" la sufren solamente ellos. Los artistas, creadores, culturistas (sí, todos los culturistas) hacen lo que hacen porque les gusta; y con eso, seamos sinceros, han de darse por satisfechos. Lo otro, el vil metal, ha de suponerseles por encima de sus intereses; el comer o el dormir tareas secundarias que no son necesarias, siempre crear, siempre producir.
ResponderEliminarEs que la gente lo quiere todo, que les dejen gratis un espacio donde compartir con las personas eso que hacen; de las mundanas cuentas y sucios ingresos ya se encargarán otros.
En fin.