domingo, 23 de diciembre de 2012

Argumentos




Algunos agentes culturales llevan tiempo esgrimiendo, como argumento a favor, que las políticas y programaciones deberían de centrarse en la creación y artistas locales, bajo el hecho de que el número de visitantes a estas muestras es mucho mayor que cuando tratamos de artistas o propuestas foráneas.

Hay que ser sumamente cauto con lo que se dice, se puede volver en tu contra fácilmente.

La temporada pasada ya ocurrió, y esta estoy seguro se repetirá,  la exposición más visitada con diferencia fue la dedicada al Belén Monumental del Antiguo Instituto Jovellanos. Desde esa perspectiva ya sabemos por dónde deben de ir las políticas culturales.

Me encantaría saber dentro de un par de meses las cifras de visitantes a la escena familiar en comparación con las fotografías de “Patria Querida” de García Alix.

Mejor pensado no les demos ideas

sábado, 8 de diciembre de 2012




Hungry and Angry.

Mientras no cesan de convocarse mesas de debate y ponencias sobre las estructuras culturales, el futuro de la institución, nuevas formas de políticas y un sin fin de espacios de discusión de los que uno siempre sale con la sensación de no haber cambiado nada, y sobre todo, de que nada va a cambiar, en paralelo a toda este panorama de iniciados y “expertos”, existen actitudes que afrontan una realidad mucho más cruda y dura, de proyectos iniciados con ilusión y llenos de buenas intenciones que desgraciadamente se hacen inviables, es el caso de Laberinto, espacio mestizo nacido hace un tiempo y que desafortunadamente echa el cierre, para ello y como declaración de conclusiones llenas de sentido del humor (cuánto se echa de menos esta actitud en otros estamentos más oficiales!!!!) presenta la exposición “it´s the end of the world. (as we know it)”, ejemplar en su posicionamiento y en su forma de afrontar una realidad en apariencia tan alejada de los lugares de tomas de decisión.

Una serie de artistas formada por Alex Piña, Baltasar Delgado,  Carmen  y Patricia Vázquez, Fernando de Silva, María Barton, Daniel Acevedo y un largo etcétera que demuestran una vez más que hay otros modos de hacer, que las políticas culturales no dan respuesta directa a problemáticas que precisan de una urgencia a la que son incapaces asistir, que las ganas vencen a las estrategias y que el retrato generacional y vital es más fácil encontrarlo entre los objetos de cualquier tienda que en las paredes de una sala.

Colgada de un perchero, una bolsa de tela reza:

“ Hungry. Angry”

Hambrientos y Cabreados. Pues eso.