domingo, 15 de abril de 2012

Eldenmediodeloschichos. Lógica aplastante

Hace unos años, el ahora Delegado del Gobierno del Presidente Escurridizo decidió, en un arrojo de lógica incontestable, que las Bibliotecas Públicas pasaran a depender de Asuntos Sociales. Tal decisión se basaba en la idea de que las mismas se encontraban en su mayoría alojadas en los Centros Municipales de Barrio, por lo que era razonable dependiesen de este departamento, pasando por alto, al fin y al cabo eso era anecdótico, el servicio público y de difusión de la cultura que se supone debe de estar en los objetivos prioritarios de este tipo de establecimientos. Ahí quedó la cosa y nadie se extrañó de este cambio de titularidad. Ya se había encargado de finiquitar la Fundación Municipal de Cultura y tampoco había ocurrido nada.

Las grandes ideas, tarde o temprano, siempre son valoradas con mentes preclaras, y este caso no podía ser menos. Hace unos meses, el actual responsable de la Cosa Cultural, en un arrebato de memoria histórica, se ha debido de acordar de esta decisión, y con el mismo criterio ha pasado la gestión del Instituto de la Mocedá al departamento donde fueron a parar los almacenes de libros.

Desde este Instituto se ha ido organizando la Muestra de Artes Plásticas del Principado, plataforma de difusión para jóvenes creadores y lugar común de un par de generaciones de artistas que han tenido en esta convocatoria un espacio para iniciar su trayectoria, lugar valorado por todo el panorama creativo y que, por cierto ha tenido como Comisario cuasi-vitalicio a otro prohombre Director también de la Cosa Cultural.

En realidad todo esto no le importa un carajo a nadie. Esto son tonterías que se han ido aguantando para contentar a esta gentecilla con pretensiones artísticas de altos vuelos, migajas con las que tener las bocas calladas a toda esta troupe. Absolutamente todos sabemos el discurso del Señor Delegado, para el que todo lo acontecido en la Historia del Arte después del Siglo XIX podría arrojarse a la basura directamente, liberando de ese modo el espacio que tanto necesita en el Museo de las Artes Bellas para alojar las obras realmente dignas de colgar en sus paredes, ahorrándose de este modo el bochorno de enseñar todo este tipo de mamarrachadas.

Por fortuna también sabemos que desde la Dirección de Asuntos Sociales se ha decidido continuar con esta labor de apoyo a los jóvenes creadores, al menos en lo concerniente a este ejercicio.

La cabeza pensante con gafas


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